Dale cuerda al country

por · Marzo de 2012

Matías Cena & Los Fictions debutan con un disco donde la influencia norteamericana, para bien, termina por imponerse.

Publicidad

La nueva apuesta de Algorecords toma vuelo. Tras un largo proceso de grabación, su primer álbum, Arauco Cajún, ya tiene su versión definitiva. Hoy, Matías Cena & Los Fictions acaban de estrenar en Buenos Aires (8 y 9 de marzo) y Montevideo (10 y 11 de marzo), mientras se acercan sus próximas fechas en Santiago (Bar Loreto, 16 de marzo) y Valparaíso (La Cantera, 17 de marzo).

// Fotos: Francisca Widerström.

Bajo el catálogo de los hermanos Gómez, las cosas marchan a otro ritmo: ya grabaron una sesión en el Estudio B del sello para adelantar parte de las 11 canciones de su debut. Además, en las próximas semanas se viene un video para el segundo single. Un impulso que serviría de poco sin la constancia en el trabajo de composición y la sencillez de los shows en vivo.

Con la tutela del country, aunque sin perder de vista la oleada garage sesentera en nuestro país, su propuesta equilibra la sensibilidad de las letras con la detención necesaria en los arreglos musicales. Rasgos que, al final día, se inclinan por la espiritualidad de las melodías de influencia norteamericana.

Desde la última fila de un local suenan foráneos, es cierto. Sin embargo, basta con detenerse en sus temas para entender que no hay balazos ni sombreros de por medio. No es necesario. “En Estados Unidos las bandas de country no salen a tocar vestidos de vaqueros”, replica Matías Cena (voz y guitarra) para dejar las cosas en claro. Junto a Patricio Cena (guitarra), Matías Órdenes (batería), Manuel Salvat (mandolina, banjo), Andrés Jorquera (pedal steel, dobro) y Francisco Toledo (bajo) repasan el camino que, en las últimas semanas, se les despejó definitivamente.

¿Cuánto tiempo les tomó armar este disco?
Matías: La raíz viene justo con el término de The Questions (la anterior banda). Allí decido buscar ayuda para grabar un disco a la manera del country alternativo. La génesis de Arauco Cajún estaría entonces en el verano del 2010 en que se arman Los Fictions en pos de este disco.

¿Vienen muchas canciones de esa primera etapa?
Matías: Habían algunos temas. Arauco Cajún, por ejemplo, es relativamente vieja como de marzo del 2009, pero es la única de ese lote. Tal vez Fácil y Complejo o La Reina de las Magnolias también provenían de esa época, pero no maduraron nunca y encontraron recién un espacio para crecer en la identidad Fictions.

¿En qué etapa como grupo los encuentra el lanzamiento y promoción de este álbum?
Matías: Aunque haya sido un poco traumático su lanzamiento por la cantidad de tiempo que pasó, a mi me parece que como banda estamos en un momento de mucho fiato en vivo y los temas salen claritos. Además es el momento ideal para mostrarle al público en general, aunque tampoco nos interesa tanto, cuál es nuestra propuesta. En Chile, en todo caso, hay una especie de caricaturización de la música country, les pasaba por ejemplo a Los Bandoleros de Teno. Yo creo que ocurre, principalmente, por desinformación: ven el country como un estilo de bandoleros y vaqueros, una especie de dibujo animado, sin prestarle atención a la emocionalidad que hay detrás y a la riqueza cultural que tiene. Acá se le banaliza como una weá de rancheras.

Francisco: De hecho, hay una propuesta de composición bien importante en nuestro trabajo con instrumentos que muy pocas bandas utilizan. Muchas veces se deja pasar la novedad solo por el estereotipo.

¿Qué hay con las letras, Matías, existe una especie de continuidad entre cada tema o se trata de un trabajo cerrado?
Matías: De partida, las letras de Arauco Cajún son letras muertas. De cierta forma ya expiraron hace rato al estar escritas por tanto tiempo. Yo no estoy seguro si hay una evolución…es complicado responder esa pregunta. Lo que pasa es que el disco para nosotros no es nuevo, pero para la gente sí. En todo caso, ningún esfuerzo de tanto tiempo se deja botado en dos meses, sería un despilfarro. Y en materia compositiva, pienso que la línea será la misma: noticias, historias, elementos personales, cosas de ese tipo.

Llevándolo al plano musical, ¿cómo se aborda?
Patricio: Como yo y el Mati somos hermanos, él llegaba antes con una canción y la empezábamos a trabajar. Ahora es una responsabilidad de banda, nos vamos acoplando todos con nuestros instrumentos.

Me imagino que tanta espera para publicar este disco se debe a la autogestión… ¿Fue así?
Matías: En Chile cuando haces las cosas con poca plata y con más favores que presupuesto, todo se dilata. Tienes que esperar que las personas se hagan el tiempo y coordinar entre todos, porque la mayoría trabaja o estudia. Por ganas lo hubiésemos sacado hace rato.

Patricio: Antes de entrar a Algorecords estábamos grabando con otra persona, pero se demoró tanto que decidimos gastar lucas que no teníamos para hacerlo bien.

Precisamente, ¿cómo se inician los contactos con los hermanos Gómez?
Matías: Comienzan en marzo del 2009 en una fecha que hicimos en el Club Mist. En verdad fue todo fortuito porque de repente llegó el Álvaro. No es por endiosar a nadie, pero nosotros admiramos el trabajo y la calidad humana del dúo Perrosky. Desde esa fecha surgió una suerte de paternidad en la que ellos nos invitan a tocar y en el momento en que nos vimos estancado con el disco, le ofrecimos a Perrosky y él aceptó encantado la idea de grabarlo y mezclarlo.

¿Qué les aportó trabajar con un sello?
Patricio: Principalmente, tienes a alguien que te ayuda con las tocatas, difusión o distribución. Solo es muy complicado hacerlo.

Francisco: Y aprender también. Es nuestra primera producción profesional y ellos ya llevan rato haciéndolo, por lo tanto, hay cuestiones en las que nosotros no teníamos idea.

Matías: Hay que decirlo, uno está donde lo quieren. Si tocamos en Loreto, en el Onaciú o grabamos en Algo es porque hay gente que valora nuestro trabajo.

Retomemos las críticas por el sonido country. ¿Cuánto les complica?
Matías: A mi me da lo mismo, porque eso habla de la ignorancia de la persona que lo hace.

Patricio: También nos pasa que hay gente que baila muy raro con nuestra música en las tocatas, pero está bien. Cada uno toma la música como quiere. Además, nos pilla en un momento en que las canciones están maduras, lo mismo sucede con la banda.

¿Qué otros referentes toman para su música?
Matías: Yo creo que esto es casi unánime, The Smiths es una gran fuente de inspiración al momento de hacer los temas o de armar los arreglos.

Patricio: También la música más antigua, las bandas chilenas de la década del sesenta como Los Vidrios Quebrados, por eso también el nombre de Los Fictions.

Francisco: Como anécdota, una vez un gringo se nos acercó en una tocata y nos dijo que sonábamos como una banda de country punk.

¿Le apuntó en algo?
Patricio: Sí, de hecho tomamos varios elementos del punk. Tres de nosotros veníamos de una banda hardcore. Por eso seguimos tocando en shows de ese tipo. Es como una escena que nos vio nacer y que tiene la cualidad que se mantiene viva a través de los años.

Matías: A mi me gusta tocar ahí. Igual es chistoso, porque nadie entiende lo que hace una banda country en medio de esos grupos. A algunos no les parece y otros nos han querido pegar.

Siguiendo con el tema de escena, la prensa española prendió harto con lo de las bandas chilenas de pop. ¿Cómo lo ven ustedes desde el circuito en el que se mueven? ¿Existe? ¿Da para ilusionarse tanto?
Matías: Hay un poco de todo, de invento de la prensa y de la moda musical a nivel mundial con la salida de muchas agrupaciones de electro pop, pero como en el fútbol: cuando gana la selección, ganamos todos. Si le va bien a Gepe, Javiera Mena o Dënver, chorrea para el resto de las bandas. Es bueno que tengan éxito, independiente si te gustan o no.

Francisco: Es credibilidad para el país.

Patricio: Además, se sabe que son cosas bien hechas, no son un producto. Yo creo que es el resultado de mucho tiempo de trabajo.

Y de aquel circuito de cantautores folk. ¿Se ven más cerca?
Patricio: En algún momento fue así y después tratamos de desligarnos de eso. El Mati estuvo compartiendo escena con Javier Barría o Chinoy en esos festivales que se organizan en Valparaíso. Era una escena de la que nunca nos sentimos parte, porque no éramos trova.

Matías: De partida nunca me ha gustado Silvio Rodríguez y, bien en buena, son como una cofradía, hasta cantan parecido.

Patricio: Yo separaría a Fernando Milagros y Gepe de lo que hace gente como Chinoy o Kaskivano. Se han juntado por el tema folk, pero me parece que son muy distintos. Igual es bueno que nos hayamos podido alejar de eso.

¿Qué proyectos musicales les llaman la atención?
Matías: Los WatchOut, Ramixez!, Perrosky, que es como tu equipo de fútbol favorito.

Patricio: Portugal también, su disco Viajes de Memoria lo hemos escuchado desde hace varios años. Es una banda a toda raja.

¿Además de Valparaíso van a sumar otras regiones para tocar?
Matías: Obvio, a mí cargan las bandas que salen de gira, van a Valparaíso y vuelven. No tiene sentido con lo grande que es este país y con lo buena que es la gente en regiones. Siento que a veces el músico chileno, por no perder plata, no sale si no lo pagan. Creo que es una real estupidez, quedarte en Santiago es muy mediocre.

Dale cuerda al country

Sobre el autor:

Fernando Cea

Comentarios