El delirio mundialero de llamarse Luis Alberto

por · Junio de 2014

La Copa del Mundo ha sido fatal para los que se llaman como Spinetta: Suárez, Dimas y Plaza cayeron en desgracia apenas rodó la Brazuca. Este es el análisis de un tocayo que espera su castigo.

Publicidad

La Copa del Mundo ha sido fatal para los que se llaman como Spinetta: Suárez, Dimas y Plaza cayeron en desgracia apenas rodó la Brazuca. Este es el análisis de un tocayo que espera su castigo.

LUIS ALBERTO SUÁREZ DIAZ

Minuto 70 del partido Uruguay contra Italia que finalmente ganarán los celestes con un golazo de hombro de Godín, 11 minutos después, en el minuto 81. Luis Luisito Suárez, que ya había hecho la misma gracia, o lo habían pillado al menos, dos veces antes.

En el 2010 jugando por el equipo favorito del Chino Rios, el Ajax.

El 2013 ya en su actual club, el Liverpool.

Las dos veces fue sancionado. Importándole poco y nada eso en el momento, Luisito pierde los estribos y le entierra su achoclonada dentadura en el hombro a Giorgio Chiellini, que no se la puede creer.

Primero pasa piola. Luisito además tiene el descaro de sobarse y chequear si no se le soltaron las paletas. Hay polémica al respecto. Harta talla. Harto meme. Harto tuiteo. El deté y hasta el presidente le prestan ropa.

Finalmente, y por oficio como le llaman, Luisito coopera. La Fifa lo saca cagando del mundial. Dicen que hasta fue escoltado por la policía para afuera de la concentración. 9 fechas de castigo, 60 millones en pesos chilenos de multa (que me pregunto dónde irán a parar) y cuatro meses sin poder acercarse a ninguna hueá que tenga que ver con fútbol: Dícese de ir al estadio, canchas de baby, jugar taca-taca y no me consta, pero se rumorea, que hasta le van a ir a requisar, como cuando lo castigaban a uno de chico, la Play.

La opinión de psicólogos deportivos y psicólogos a secas de todo el mundo ha sido unánime: Luisito sufre de trastorno de control de impulsos, en su tipo de trastorno explosivo intermitente.

LUIS ALBERTO ROGELIO PLAZA SÁNCHEZ

Alcalde de Cerro Navia por RN desde el 2008.

Ex boxeador y vendedor de frutas.

Para algunos un hombre de esfuerzo que supo llegar a lo alto de la política chilena por su estrecho nexo con el ciudadano de a pie de su comuna.

Para otros, una especie de monigote de la derecha para mantener el poder en una comuna popular por medio de un alcalde «cercano a la gente».

Para todos, un demente.

Bueno para las apuestas, se ha teñido el pelo azul y se ha tirado piqueros en piletas municipales por estos típicos desafíos que se hacen los políticos más bananeros del país para ganar centímetros de tinta en el diario y minutos de sonrisas, abrazos, y buena onda en la tele.

Tiene, como no, también su lado darketón. En medio de las protestas exigiendo el cumplimiento de la promesa de un hospital para su comuna, Luis Alberto aseguró que si esto no se cumplía se iba a quitar la vida. Al parecer dijo que lo haría a lo bonzo.

Pero cuando llegó el mundial, la mala onda se desvaneció, volvió la paz y Luis Alberto se dejó tentar por un erotismo tropical pasado a fritanga cuando junto a unas potonas pintadas en la fuente de soda de Donde Zacarías dio el vamos al hueveo y se dejó inmortalizar cagado de la risa.

Luis Plaza

LUIS SALVADOR DIMAS, HIJO DE LUIS ALBERTO DIMAS

El rey del Twist. Hijo ilustre de Valparaíso. Animalista. El artista chileno que más discos ha vendido en la historia.

En la ficción, fue abducido por una nave extraterrestre, en la película Takilleitor.

En la realidad, actualmente está abducido por su compadre Gustavo Pradenas junto a quien vive una imparable y rockera gira carreteando como unos veinteañeros por todo el país.

Twitter es su válvula de desenfreno, por ahí donde pelea y ama. Para el partido Chile-Holanda dio rienda suelta a la locura cuando se pasó por la raja las reglas de la constitución tuitera y posteó las brutalidades que todos dijimos y/o pensamos en los minutos de frustración: insultos racistas al arbitro de color.

Primero la peleó, con el potente argumento de que solo fue culo de decir lo que todos supuestamente pensamos. Luego dio un medio giro y pidió disculpas por el exabrupto. Después subió una foto junto a Pelé para demostrarle al mundo que no es racista. Acto que no se en qué raya pero en algo raya.

El delirio mundialero de llamarse Luis Alberto

Sobre el autor:

Luc Gajardo (@luco)

Comentarios