Odisea – Odisea (Oveja Negra)

por · Octubre de 2010

Era chico cuando escuché el caset “Introspective” de Pet Shop Boys. Recuerdo la decepción: en ese disco estaban las canciones que sonaban en la radio… pero diferentes, más largas, con hipnóticos pasajes instrumentales. Con el tiempo aprendí que la banda hizo un trabajo bastante insólito para 1988: la costumbre era hacer un single radial de […]

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Era chico cuando escuché el caset “Introspective” de Pet Shop Boys. Recuerdo la decepción: en ese disco estaban las canciones que sonaban en la radio… pero diferentes, más largas, con hipnóticos pasajes instrumentales. Con el tiempo aprendí que la banda hizo un trabajo bastante insólito para 1988: la costumbre era hacer un single radial de 3 o 4 minutos y luego hacer o solicitar una versión extendida y elaborada para la discoteca. Fue el imperio de los vinilos de 12 pulgadas. El dúo inglés siguió la ruta opuesta: los originales eran piezas monumentales de 6 a 9 minutos que luego fueron editadas para el consumo masivo. En ese proceso, el grupo se convirtió en uno de mis favoritos de la vida.

Me acordé de esa experiencia la primera vez que escuché el disco de Odisea (léase Álex Anwandter, ex Teleradio Donoso). Una colección de 10 canciones que su autor etiquetó como bailables en varias entrevistas, un concepto que tampoco dice demasiado, considerando que uno puede danzar hasta con “Killing in the Name” de Rage Against the Machine. La nueva vida maquinal de Odisea está construida fundamentalmente sobre teclados y programaciones. “Cabros” es el único single directo al corazón que puede convocar de inmediato a los viudos de la ex banda del muchacho. El resto está dominado por formidables cordilleras sonoras que superan los 5 minutos e incluso bordean los 10. Las canciones más breves parecen amortiguadores dentro del esqueleto mayor. Anwandter hizo el disco que quería, no el que debía: no es “Bailar y llorar II“, sino una entrega menos radial y más jugada. Suena como una cruza entre el soul plástico de Bowie, pedazos ambientales de Air y los experimentos tecnopop de Jorge González. Pero este pez tiene agallas propias, sobre todo porque mantiene un tono épico y dramático, con música para mover los pies. Como Duran Duran musicalizando el apocalipsis urbano de Blade Runner. Sabemos que en esa película la desolación del paisaje era sólo un reflejo de las tripas de sus habitantes. Santiago, Concepción, Valparaíso o tu ciudad se transforman en nuestras casas de violencia al ritmo de Odisea. Una sonrisa chueca ante el derrumbe progresivo del mundo como lo conocemos, porque al final el disco se articula como un gran estado de ánimo. Odisea suena como osadía, también como agonía. Nuestras fortalezas son a veces debilidades con esteroides.

Odisea
Odisea
Oveja Negra, 2010

* Aparecido originalmente en el blog del autor.

Odisea - Odisea (Oveja Negra)

Sobre el autor:

Sergio Cancino

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