paniko.cl en Coachella 2012: día 3

por · Abril de 2012

paniko.cl en Coachella 2012: día 3

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12.15PM (16.15 en Chile). Las noches son difíciles cuando el cuerpo ha acumulado calor, alergias, cansancio, cerveza y poca comida por 12 horas, ya dos días seguidos. Se siente cómo la máquina interna trata de estabilizar lo que evidentemente se echa a perder bajo un sol de 40ºC, caminatas eternas y saltos compulsivos al ver a tu banda favorita tocar su disco nuevo. Eso nos pasó con Radiohead.

// Por: Cristóbal Bley y Alejandro Jofré, desde California.

A las 11PM de acá aparecieron los cinco de Oxford, acompañados de un segundo baterista, Clive Deamer. Lo que producen y se siente cuando se ponen a tocar lo logran pocos en este planeta: silenciar por completo a este público más bien bocón y bueno para conversar fuerte durante las canciones, y crear así un clima emotivo, íntimo y —aunque no me guste la palabra— hermoso.

La euforia de escuchar Kid A en vivo, con Yorke bailando como un niño sonrisa en la cara, o las lágrimas que se asoman masivas en Pyramid Song, o el trance que se baila solo con Good Morning Mr Magpie. O el coro masivo en Karma Police, que continúa incluso terminada la canción, o la calentura que da con House of Cards, o la locura estroboscópica de una Idioteque acelerada. Todo coronado con el aura de una banda que se ve feliz y rejuvenecida, mucho más bailable y energizada, como sacudiéndose de su eterno y repetido estigma de depresivos crónicos. Fueron, a lo mejor en su momento, unos jóvenes abatidos, pero hoy Radiohead es un grupo de viejos muy felices.

Hoy, al medio día, ya hay 35ºC, pero así y todo parece que será la jornada más fresca. En la mira están Real Estate, The Hives, The Weeknd, Justice, Girl Talk, Beirut, At The Drive-In, Florence + the Machine, Dr. Dre & Snoop Dogg… uf. Haremos el sacrificio por ustedes. Recen por nosotros.

11.09 AM. Bien temprano en la mañana oímos las pruebas de sonido del show de Dr. Dre y Justice. El primero ajustó sus niveles con la pista instrumental de Still D.R.E. y ni rastro del holograma. ¿Será que vuelve al escenario el Tupac Shakur virtual de la semana pasada? Lo más seguro es que sí. Lo más probable es que se transforme en una tendencia: AV Concepts y Musion Systems trabajaron por cuatro meses para tener los mismos gestos, maneras y tatuajes del rapero que murió por un disparo en 1996 y su estreno en este Coachella es una cosa que se toman muy en serio. Según distintas entrevistas que salieron en Los Angeles durante la semana, Dr. Dre hasta se va de gira con el holograma, para recrear seguramente su conocido remix de California love y, también en la semana, hubo un montón de reacciones que aprobaron esto de resucitar artistas sobre escenarios.

¿Será que alguien se atreve en Chile? ¿Cómo andaría un Canciones folklóricas de América con Víctor Jara rodeado de los Quilapayún o un Alturas completo con el Gato Alquinta y Gabriel Parra?

14.50PM (18.50 en Chile). En los escenarios secundarios, entre show y show, se da el momento perfecto para dormirse una siesta salvatore que nos mantenga con vida hasta la noche. Las carpas todavía no se llenan, y sólo unos pocos entusiastas se animan a la primera fila de pie. El resto escucha de espaldas lo que suena y lo confunde con sus sueños: un lindo panorama de mediodía. Allí estaban los franceses Housse de Racket, un dúo de rock indie con la mejor energía, que alcanzó a levantar a algunos muertos y ponerlos a bailar. Cuando terminaron, todos al suelo y seguir roncando, que el día es largo, el calor es mucho y las bandas son más.

15.35. Una horda de fanáticos acompaña sobre el escenario la presentación de Santigold, que arrancó con Go! y que continuó con una buena cantidad de público atento al escenario principal, con Starstruck, Desperate youth, L.E.S. artistes, Lights out y un par de porristas morenas evangelizando acerca del correcto movimiento de nalgas y el cierre inspirado con Big mouth.

Si lo que queda de naturaleza en este desierto pone una cuota importante de los elementos preponderantes a la hora de tomar decisiones tan decidoras -como por ejemplo qué escenario visitar-, la producción milimétrica aporta otra parte importante: los horarios de los shows tienen una puntualidad envidiable, el audio del escenario principal se va repitiendo a lo largo y ancho de todo el recinto con pequeñas torres de sonido, de manera que alguien a la distancia del VIP de Lollapalooza Chile y el escenario de Foo Fighters pueda escuchar el show correctamente y no perderse detalle alguno de ningún instrumento. No hay improvisación. Todos prueban sonido. Todo suena como la bandas se lo proponen. Todo esto, sumado a las breves presentaciones de los artistas que suben durante las horas de más calor (ninguno con más de 45 minutos), hace de este festival un muestrario perfecto para hacer picnic entre bandas nuevas, alternando con los números fuertes, que por lo demás no son pocos.

17.35 (21.35 en Chile). Un mexicano de Tijuana se sorprende que seamos chilenos y que estemos acá, tan lejos. ¿Y no les sale bien caro?, pregunta, pero la respuesta no interesa tanto como lo que él tenga que contar de su ciudad, que está a sólo tres horas de carretera de acá.

“Pues Tijuana es una ciudad fea, vio, fronteriza, como hecha a la rápida, ¿no? Y está peligrosa. Yo estudio en Guadalajara, así que por suerte me fui escapando de todo ese jaleo”, dice, mientras se arregla su camisa muy blanca. A la primera oportunidad, pregunta lo que todos. “¿Y qué tal te han parecido las mujeres? Uno cree a la primera que están más fáciles, más mansitas, pero la verdad es que está difícil. Así por casualidad no te va a caer ninguna, hay que trabajarlas“. No lo dice de canchero: ya es su tercer Coachella seguido, y el segundo acampando con su auto. “Prefiero ahorrar un añito entero y venir acá que ir gastándome la lana en shows en el DF. Con las bandas que veo acá me vale por un año entero de las que luego van a México”.

En el escenario Govi es el turno de Real Estate, originarios de Nueva Jersey y debutantes en Coachella. Son un quinteto de pop guitarreado y canciones largas, con introducciones que emboban y atrapan en su tejido, que es más bien paciente y atenuado. En la intimidad de la pieza o en los audífonos sobre la bicicleta, son una banda que invita más a la introversión y a la reflexión solitaria, a lo mejor compartida con la polola, ojalá en invierno. Pero en vivo carecen del histrionismo mínimo que requiere todo show que pretenda conmover y marcar un momento. Con su puro sonido les alcanza para provocar, pero su actitud indiferente y poco entusiasta —un atributo bien propia de muchas bandas indie— bloquea al público en sus reacciones, que por sus caras se notaba que deseaban vivir más físicamente lo que estaban escuchando. Pero cuando una banda toca parada, apenas sonriendo, las ganas se reprimen muy fácilmente.

19.00 (23.00 en Chile). En el escenario central aparecieron de máxima etiqueta los suecos The Hives. Famosos por surgir en medio de esa ola de bandas de rock garage del 2001 que anteponían un the a sus nombres, el quinteto no evolucionó ni cambió ni envejeció ni nada: siguen haciendo lo mismo. Y para los efectos de un festival masivo como este, funciona a la perfección. Pelle Almqvist, el vocalista, es como tener a Jim Carrey cantando rock frenético. No sólo se parecen físicamente, sino que también el tipo es un actor de comedia en la pista, disparando chistes sin parar entre canciones, y bajando y subiendo del escenario haciendo muecas cuantas veces pudo en cuarenta y cinco minutos. Sus canciones nuevas no sonaban a nada nuevo, pero las viejas recordaban buenos tiempos y la hiperactividad del grupo hizo estallar el main stage, que carga motores para recibir en un rato a Justice.

19.45. Se apaga la tarde, se prende ese calor acumulado que deja el sol en el cuerpo o en la mente y también se enciende una cruz en la mitad del escenario principal. Dos contraluces descubren a Gaspard Augé y Xavier de Rosnay entre medio de un montón de equipos y sus cables. Justice toma posición y se lanzan con velocidad en un set muy breve pero movido, predicando con el manual del House en suelo Dubstep. Genesis rompe el hielo, los gringos se agolpan por estar en primera fila y en el VIP los menos marcan el pulso con tímidos pasos de baile; Helix, Newjack, Canon, los franceses encandilan con baterías envasadas y todo lo roquero que suena esta electrónica que antes ya había patentado The Chemical Brothers. Con la oscuridad llega mucha más gente que aparece con lo mejor de sus producciones personales. Una chica se pasea orgullosa de sus pequeños pezones y D.A.N.C.E. y Dvno fintan las caderas con ritmos violentos, mientras, de fondo, el desierto de Indio oscurece por completo Coachella y esta edición 2012 comienza a ser historia.

paniko.cl en Coachella 2012: día 3

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PANIKO.cl (@paniko)

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