Qué es

Somos una revista de cultura pop y tendencias, fundada en Viña del Mar pero con base en Santiago de Chile. Migramos. Escapamos. Sobrevivimos. Nos interesa lo que pasa con la música. ¿Industria o artesanía? Eso reporteamos desde 2003. Sobre todo los proyectos independientes, sin sello multinacional, con más contenido que envoltorio. Nos interesa, más que el virtuoso desalmado, el que tiene algo que decir y sabe cómo hacerlo sonar bien. Lo honesto. Pero también lo prefabricado que suena a de verdad.

También nos gustan las historias. Y por eso buscamos personajes, libros, películas y programas de televisión. La mayoría de nosotros no tiene licencia para conducir. Quizá por eso nos gusta andar en micro y en bici. Claro, no al mismo tiempo. La vida, al parecer, se ve mejor así. De pasajero. Y no se trata de turismo social o algo por el estilo.

Somos un supermercado de cultura pop abierto las 24 horas del día. No somos una clínica de enfermedades mentales. No somos una banda de música, aunque lo soñamos. Somos pániko.cl.

 

Piloto

Entre 1999 y 2002 aparecieron las primeras maquetas y borradores que dieron forma a este sitio y que desaparecieron junto con Geocities.

Pánico era el nombre en ese entonces, tomado prestado de la Antología pánica de Daniel González-Dueñas, que recopilaba lo mejor del Jodorowsky pre-tarot, pre-pilarsordismos, pre-tuiteos-de-mierda, en una edición casi mitológica —¿alguien tiene una copia?—, pero también de una banda que nos volaba la cabeza y hacía creer en la independencia —y el ácido—: Pánico.

Fue en otoño de 2003 que apareció el primer y único fanzine impreso de Pánico, editado por Alejandro Jofré y con colaboraciones de Gustavo Rojas, Fernando Costa, Felipe Ojeda y Marcelo López-Marchant: básicamente, dibujos de Tim Burton, la revisión del epílogo The Matrix Revolutions, una reseña de la visita de los Chili Peppers a Santiago, una apología a Valparaíso —eran tiempos PUCV— y una sesuda crítica de Sonata Arctica y su Winterheart’s Guild.

La experiencia duró exactamente, eh, un número.

12

Con los primeros ejemplares impresos, nos llamaron a una oficina con bonita vista a la Plaza Miraflores para pedir que no siguiéramos gastando tinta de la escuela. Una mala por una buena: fue el empujón y la chispa necesaria para levantar paniko.cl, un frío 28 de agosto de 2003, entre Lusitania 68 en Viña del Mar, donde funcionaba la escuela de periodismo de la Católica, y una pieza del paradero 29 de Quilpué, donde se escribieron las primeras líneas del código y subían y bajaban los primeros archivos, vía FTP.

La “k” no tiene mucha ciencia: una clínica experta en Alzheimer registró antes que nosotros el nombre “panico.cl” y simplemente tomamos prestada la última consonante del movimiento más do it yourself.

Nacía paniko.cl, esta vez, reforzados con las plumas y las ideas de Sebastián Labra, Sebastián Chacana, Omar Ramírez y Javier Foxon.