Bailar hasta que las patas duelan

por · Abril de 2017

Sobre la presentación de Two Door Cinema Club en el festival Lollapalooza Chile 2017.

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Two Door Cinema Club volvió a la batalla y lo hizo con todo. El trío irlandés se presentó por segunda vez en nuestro país, convocados por la organización de Lollapalooza Chile. Eso sí, en esta ocasión, regresó con una madurez particular. Una propuesta musical igual de enérgica, pero que a momentos tiene tonos nostálgicos bien trabajados. Los integrantes de la banda no superan los 30, pero de igual forma son capaces de retratar musicalmente un pasado ochentero, una onda disco totalmente renovada y absolutamente contagiosa, incluso para quienes no gustan de ella. Sin embargo, esta propuesta de Gameshow (2016) no dista del todo con sus otras producciones, aquellas que los trajeron al festival por primera vez en 2013, Tourist History (2010) y Beacon (2012). Los tres álbumes que la banda tiene bajo el brazo son plausibles en cuanto a su construcción y en aquello que proponen: bailar hasta que las patas duelan. Y, en esta ocasión, definitivamente lo lograron.

Alex, Kevin y Sam iniciaron su presentación con “Cigarettes in the Theatre” y así lograron que el público comenzara a bailar automáticamente. No podían partir de otra forma. Le siguieron “Undercover Martyn”, “This is the Life”, “Bad decisions”, “Come Back Home” y “Are We Ready? (Wreck)”, primer single de su último disco. Y la lista podría seguir. Canción que Two Door Cinema Club tocaba, canción que se bailaba. Frente al escenario, al fondo. Cerca o lejos. Con ese ritmo y esa energía comenzó a parecer inevitable moverse y aquella es una de las cosas que hace a este trío tan irresistible. De hecho, muchos de estos temas podrían funcionar perfectamente en películas como El club de los cinco, Trainspotting o la serie Skins, ya que cuentan con la energía necesaria para ambientar esas historias, para regalarle un poco de esa vida que tienen las canciones de Two Door Cinema Club.

Tuvieron un regreso aplaudido no solo por jóvenes o sus seguidores: la banda es como una gripe. Se contagia con mucha facilidad. Persona que pasaba frente al VTR Stage se quedaba parada escuchando la música. Moviendo de forma inconsciente su cuerpo, disfrutando de la propuesta musical, que tiene como una de sus gracias lo difícil que es catalogarla. No me atrevería a definir a esta banda bajo ningún estilo particular, porque no se casa con ninguno. Lo que sí queda claro es que como músicos son absolutamente admirables, tanto en el trabajo que hacen como en ese efecto que logran con su música. “What You Know”, de su primer disco, canción con la que cerraron su presentación no fue la excepción. Música para bailar y disfrutar.


Bailar hasta que las patas duelan

Sobre el autor:

Valentina Gilabert

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